Por Yhosmary Franco
Marzo
2010
Muchas mujeres se
preguntarán lo que realmente es el feminismo, cuestionarán si será una posición
extremista, es que no por casualidad al termino feminismo se ha confundido, o
más bien se han dado la tarea de confundirlo e igualarlo, con el hembrismo. El
hembrismo es la contraposición del machismo, la verdadera posición extremista
de creer que los males que padecen las mujeres es por culpa de los hombres, y
por ende se dirige la lucha en contra de ellos. Este concepto desvirtúa y
desvía lo que debería ser la lucha de las mujeres, esa lucha que se alza en
contra de sistemas opresores como lo son el Patriarcado y el capitalismo, y es
eso precisamente lo que los “medios de comunicación” en su conjunto intentan
reprimir.
El feminismo es el
movimiento que está a favor del progreso de la mujer, impulsa la defensa de sus
derechos y critica la desigualdad entre hombres y mujeres. Ser feminista no es
más que negarse a vivir bajo un sistema que coloca a la mujer en el último escalón
de la sociedad, donde a las mujeres se les pisotea su libertad. Ser feminista
es oponerse a que las mujeres sean tratadas como objetos sexuales,
menospreciando sus capacidades y haciendo de ella un ser vacío. Ser feminista
es querer una sociedad donde hombres y mujeres caminen de la mano en busca de
su felicidad, en donde la igualdad sea una realidad. Tanto hombres y mujeres
que luchan día a día por construir un futuro mejor deben alzar las banderas del
feminismo, teniendo en claro que la lucha no es contra de los hombres, si no en
contra de una sociedad donde predomina el dinero y se deja a un lado lo humano.
El machismo que reina en
esta cultura opresora no sólo se palpa en los hombre, si no que también lo
reproducen nuestra madres, nuestras abuelas, tías y hasta nosotras mismas,
cuando pasamos por alto nuestras necesidades y subestimamos nuestras
capacidades de crear.
Decir que no somos
feministas es decir que estamos en contra de las conquistas que han logrado los
movimientos de mujeres al transcurrir la historia, como lo es el derecho al
voto, el derecho a la educación, el derecho a la ciudadanía, el derecho a tener
voz en muchos ámbitos de nuestras vidas, es negarnos a continuar las muchas
luchas que aún faltan por librar y los muchos derechos por conquistar.
La igualdad entre hombre y
mujeres sólo se logrará en una sociedad donde no existan clases sociales, y esa
sociedad es precisamente la que debemos construir.
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