Por
Eglims Peñuela Lovera
Septiembre
2008
Cuando hablamos de aborto
son muchos los elementos que se deben tocar, un tema tan polémico en sociedades
como las nuestras merecen un cuidadoso estudio. Primero hay que empezar a
asumir al aborto como una REALIDAD cercana a cada una de nosotras, ¿Quién de
nosotras o nosotros no supo alguna vez de una mujer cercana que pensó en
practicarse uno?, ¿Son los embarazos no deseados situaciones alejadas a la
realidad de la mujer venezolana?, ¿Cuántas de nosotras hemos tenido alguna vez
que practicarnos un aborto en la clandestinidad?, son éstas algunas de las
preguntas que debemos respondernos al comenzar a tratar este tema. Sin duda
alguna constantemente nos estamos enterando que a nuestro alrededor surgen en
mujeres conocidas embarazos no deseados, la mayoría de ellas las más jóvenes,
las que carecían de experiencia, y las que por su condición de pobres
estuvieron alejadas de una educación sexual de calidad y de métodos
anticonceptivos, ¿Qué pasa con esas mujeres pobres que quedan embarazadas
cuando no lo desean?, con el aborto penalizado como se encuentra en estos
momentos SE VEN OBLIGADAS A ENCARGARSE DE OTRA VIDA CUANDO NO LO DESEAN, tener
hijos no se trata de comprar muñecas, se trata de las generaciones que nos
reemplazarán, se trata de quienes se encargarán de este país y de este mundo, y
cuando sus madres no están en condiciones para brindarle una educación de
calidad, una buena alimentación, un hábitat digno y/o no se sienten preparadas
psicosocialmente para encargarse de otra vida entonces el futuro de esa nueva
generación no será el mejor.
Al sistema capitalista,
fiel aliado del Patriarcado, le interesa que las mujeres pobres se reproduzcan
todo lo posible en medio de su pobreza, los beneficios que el capitalismo
obtiene no son poca cosa, nada menos que futura mano de obra barata, sumergir a
las mujeres en la producción de las fábricas y en la producción del hogar,
obteniendo al mismo tiempo mantenerlas sumisas a sus intereses, sin que jamás
puedan ver la verdadera causa de sus miserias.
Una sociedad socialista
debe llevar inevitablemente integrada a su lucha la búsqueda de la emancipación
de la mujer, para ser un(a) verdadero socialista se debe ser,
incondicionalmente, feminista. Comprendiendo que la lucha feminista no es en
contra de nuestros compañeros hombres, es en contra del Patriarcado, esa
opresión universal histórica a la que es sometida la mujer, sólo por la
condición de su sexo es menospreciada, maltratada en todos los aspectos,
pisoteada, silenciada, dirigida. Nuestra lucha –en el feminismo de clase- es en
contra del sistema capitalista, que nos somete a una doble explotación cuando
nos obliga a encargarnos de la producción del hogar que no es reconocida, y
mucho menos remunerada, y al mismo tiempo a mantener la producción en la
fábrica para recibir un salario que nos ayude a sustentarnos. Es por esto que
en la transición al sistema socialista a la mujer se le deben empezar a
garantizar los derechos más elementales por los que siempre ha luchado y que le
ha negado el capitalismo, y empezar a trabajar así por su liberación.
El aborto es uno de esos
derechos elementales, pero no sólo basta con eso, se deben dirigir políticas
para garantizarle a la población una buena salud sexual y reproductiva, el
aborto debe ser el último método en la escala para evitar tener hijas e hijos
no deseados, para esto se debe generar una excelente educación sexual a los
niños, niñas y adolescentes, se debe abastecer masiva y gratuitamente
anticonceptivos a toda la población, se debe garantizar acceso a consultas médicas
en las distintas especialidades referentes al sexo y la reproducción para toda
la población sin costo alguno, y se debe finalmente prestar de manera segura y
gratuita en los centros de salud pública la práctica de abortos.
El aborto clandestino
existe, y son muchas las consecuencias que genera. Es espeluznante que mueran
tantas mujeres pobres por las prácticas inseguras, y por demás precarias, que
se realizan, ya que su situación económica no les permite pagar los altísimos
precios que cobran las mafias médicas por realizárselos de manera segura –a
quienes les interesa mantener el aborto penalizado para seguir enriqueciéndose
con sus altos precios-, en casos también trágicos muchas quedan con terribles
daños en sus sistemas reproductivos. ¿No les importan éstas vidas a quienes
tienen la tan nombrada posición “pro-vida”?, ¿Es acaso un feto con menos de
doce semanas de gestación más vida humana que la de la mujer?, nosotros pedimos
la despenalización del aborto hasta las doce semanas de gestación cuando el feto
no se considera biológicamente aún vida humana, no ha desarrollado sus
sentidos, no razona, está en formación, pero no está formado, además la mujer
no corre con grandes riesgos, y el aborto puede ser realizado de manera segura.
Es por esto que hoy las
mujeres venezolanas exigimos la despenalización del aborto, una buena educación
sexual para prevenir, anticonceptivos de calidad y gratuitos para no abortar, y
ABORTO SEGURO PARA NO MORIR. Es la clase trabajadora la única perjudicada, es
la mujer la principal víctima, es el sistema capitalista el único beneficiado
con la penalización del aborto. ¡Ni una muerta más!, ¡La mujer decide, el
Estado garantiza, la sociedad respeta y la iglesia se calla y no se mete!
¡Mujeres por el socialismo,
CREANDO PODER POPULAR!
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